4.3.08

ROMA (cap2)

No se bien que hacer con este deseo. Nos compramos un libro sobre Roma, lo leemos juntos sentados en la cama de él y nos reímos mucho porque esta mal redactado. Creo que es la primera vez que estamos tan cerca... Mientras escucho nuestras voces puedo sentir el roce de su cuerpo con el mío, puedo sentir su olor, la temperatura de su piel. Instintivamente quiero abrazarlo, besarlo bien despacio, la razón me detiene; estamos compartiendo la mejor aventura, no quiero arruinarla; prefiero el deseo a la frustración. Me derrito en la fantasía de saborear cada centímetro de su cuerpo mientras él me ve... siento mis piernas cansadas, temblorosas de tanto caminar... calientes pretendiendo enroscarlo... ¿cómo detener las leyes de la química que me van transformando segundo a segundo? Tengo gusto a manzana verde en la boca. De repente vuelvo a oír nuestras voces, las risas. Mañana vamos a visitar las ruinas del Foro Imperial.

Comemos bananas sentados en el pasto que hay frente al Coliseo... y pregunto... con mucha vergüenza si tuvo fantasías conmigo, dice NO, pinta un largo silencio y se me atraganta la maldita fruta espesa en la garganta, ¿qué hago acá?, ¿qué hago deseándolo así?. Me provoca llorar, pero es más fuerte la bronca y me hago la boluda.

Mas tarde caminamos juntos hasta el Foro Imperial, logro entrar colada por la salida, él se queda afuera, le digo que me espere, que salgo enseguida. Adentro, con mi cámara de fotos solamente, no puedo mas que maravillarme, salgo para decirle que saque la entrada y no esta... me quedo en la puerta sentada, hace mucho calor, calor, calor. Lo único que tengo es mi cámara y una angustia soberbia, lloro, lo espero una hora, aparece como si nada, saliendo del Foro y estoy muy enojada porque me dejó allí sola... le pido mi mochila, le doy sus cosas. Me voy caminando sola, el amor se me volvió odio. Es mentira... ¿cómo no va a fantasear conmigo ni una sola vez? Camino bajo el sol y ya no pienso. Llego a las ruinas de las termas de Caracalla, por suerte hay poca gente...me siento sobre una columna que quedó acostada...oigo pájaros... estuvieron siempre allí,...esta bueno este lugar...solamente se oyen los pájaros...y algún idioma que no es el mío, quisiera quedarme aquí, esta fresco y silencioso. No podían entrar mujeres en las termas cuando funcionaban, bueno, seguramente algunas si. Hay restos de paredes altas, gigantes, con arcos de medio punto gigantescos, los agujeros de las piscinas. Los restos del piso están formados por diminutos mosaicos, el suelo de abajo esta ondulado, tal vez por el tiempo, algunos forman dibujos de peces unidos por las bocas. Me veo caminando descalza sobre esos mosaicos, me veo casi desnuda, perfecta y admirada por ojos masculinos. Me veo sumergida en una de esas piscinas alguien me acaricia los pies y escucho un violín. Esta atardeciendo mi cerebro parece fermentar. Adapto mi cuerpo contra cada curva de ese cuerpo masculino, como si me fundiera en él, sus besos me rozan como mariposas, los míos lo muerden.

Me acuerdo de mis amigas, quisiera poder contarles, pedir consejos los cuales seguramente nunca seguiría.

continuará...