1.5.09

amante de 25 (cap 5)

Quedamos para el sábado, tiene un cumple, pero viene después.

Esta semana estoy feliz, suspendida, soñando despierta.

Una mañana me despierto con un pre-sentimiento feo, alguien me dice al oído que pare, que eso no es amor, es solo sexo. Ya lo sé

Me asusto de mí, tengo miedo, pre-siento que algo malo va a pasar.

Lo llamo el día anterior para confirmar, no puedo cualquier día soy madre separada y solo a veces. Casi siempre cuando puedo no tengo nada para hacer y cuando no tengo programas geniales y fiestas, por eso lo llamo, no quiero quedarme plantada el sábado a la noche que puedo, dice que en principio si, pero que de última yo puedo el domingo también, y ese “de última” me mata, entonces me hago la boluda, no quiero pensar cosas feas, me tiran para atrás, me paralizan, me miro al espejo con anteojos y veo los años que nos separan y pienso que sabiamente la naturaleza con la edad te da la presbicia para que no te veas el tiempo en la cara.

Me olvido de los presentimientos, sigo adelante.

Sábado, superproducción, compro vino tinto, papas fritas, queso, pan rico, coca cola, cigarrillos, alfajores.

Me depilo entera aunque suele suceder que cuando lo hago se frustra el encuentro. Pero quiero estar perfecta.

Me visto, me maquillo apenas, me perfumo, lo espero.

Dijo que viene a las 12. Soy feliz.

23:30 sms:

–no voy a ir, no me siento bien.

Tiemblo… si, me tiemblan las piernas, ahí está mi pre-sentimiento que me avisaba, que me alertaba lo que no quería escuchar, y lloro como una nena, como cada vez que me pasan estas cosas… porque no es la primera vez, ni será la última.

Entro al google talk y ahí está.

Primero dice q anoche tomó mucho, después que no tiene ganas de salir, que tiene bajones porque no sabe lo que quiere, que él pasa por la vida de la gente como el viento y por eso las novias no le duran mas de seis meses, porque no registra lo que le pasa a los demás, que no me encariñe.

¡Que no me encariñe! ¡Frase de mierda! ¡Cómo no encariñarme!

Quiere venir a merendar el domingo, si claro… conozco de neurosis masculinas.

Lloro de impotencia, no es por él, es por mí, por pelotuda!

Y me viene… claro, me siento horrible, inundada de lágrimas y ahora sangre, como debe ser.

Todo mi adentro sale al escenario, por suerte no hay público.

Hace mucho frío.

Dos días después sms:

–querés que nos veamos hoy?

–no da, estoy indispuesta

–ah, claro… bueno, hablamos, beso

Y me acuerdo que al padre de mi hija, artista plástico, lo conocí en el peor día del período y después de regarle las sábanas con mi sangre dijo –no importa con estas sábanas pinto un cuadro.

Más tarde nieva en Buenos Aires.






Continuará…