1.7.13

LOS MONSTRUOS EXISTEN.




Cuando estaba de novia con el padre de mi hija él trabajaba en “La Nave Jungla”, era el encargado y había una chica en la barra que siempre le hablaba al oído, a mi me ponía muy nerviosa. Hasta escribí un cuento sobre eso. Mi fantasía más macabra que era entrar al boliche y verlo besándola. Lo que más podía dolerme en el mundo, me acuerdo. La traición. A él también le daba celos verme bailar con otros, a mi me gusta tanto bailar. Decidimos que yo me iba al CODO y él cuando salía de La Nave venía a casa. Nunca se cumplió esa fantasía, por suerte. Estábamos muy enamorados.

Pasó el tiempo, dieciséis años pasaron de esa historia.

Hace dos meses, después de un largo tiempo de que nadie me gustara, puse mis ojos en uno que trabaja en la puerta de un lugar al que a veces voy. Mucho tiempo que nadie me despertaba algún deseo. Me gustó y me daba bola pero tiene novia, me dice alguien, ok. Por un tiempo no le doy bola, pero él si me decía cosas todo el tiempo. Un día dije basta y me quedé a su lado hasta que me besó, mucho me besó, tanto que me alcanzó, no quería coger en el auto con los besos era suficiente.

La siguiente vez que nos encontramos me acompaña al auto, me besa mucho contra una pared en la vereda y me quiere coger en el auto, otra vez le digo que no, a mi no me hace falta coger ahí, tengo una casa, llamame y vení un día si querés. Pero él vive en la casa de su mujer.

Un par de semanas después llego al bar, son las tres de la mañana porque vengo de cuidar un niño, soy baby sitter. El chico me besa en la boca delante de todos, me agarra en la pista y me besa contra una pared como loco, desesperado, me quiere coger en el baño, entramos pero yo no quiero ahí. Le digo que lo espero y que vayamos a mi casa cuando termine, no quiere, dice que no sabe a qué hora sale. Yo en el baño no quiero. Viene a casa esa noche y por fin lo hacemos, mucho deseo. Estuvo bien al menos para mí la primera vez nunca es la mejor.

Después de unas semanas me lo vuelvo a y apenas me saluda y no me da bola. ¿Qué pasó con toda esa adrenalina?  Se le pasó, se sacó las ganas con una vez. A mi con una vez me vienen las ganas, las mujeres somos así.

Bailo como una loca, porque me gusta, para mi bailar es mejor que coger. Siempre fue así. Charlamos un rato de boludeces, compartimos un vino. En un momento que me alejo se le acerca una gorda que toda la noche lo estuvo mirando y se besan. Se tocan.

Qué dolor, me salen las lágrimas, no quiero llorar pero me duele y no puedo evitar el llanto.

Y lo primero que viene a mi mente es aquella fantasía macabra del pasado que vuelve a mi cuerpo como un embrujo, la sensación de sentirme traicionada, verlo adelante mío besando a otra, aunque no me importe él, aunque no lo ame. El ego se me vuelve chiquitito y me quiero ir corriendo, pero está en la puerta besándose con ella. Me da mucha vergüenza, no quiero llorar, entonces bailo otra vez mientras lloro bailo para sacarme el demonio de adentro hasta que me voy, él me agarra la mano y abre, no me acuerdo si me saludó, ya no importa. Lo importante es mi dolor que me devuelve a la caparazón otra vez. Cruzo corriendo hasta mi auto y me voy llorando y me duermo llorando y me despierto llorando. Es mi dolor, mi fantasía antigua de monstruos que de repente se volvió realidad.