1.5.08

querido diario:


Hoy escribo otra vez en mi diario, después de mucho tiempo.

Hace bastante ya que la única persona que me banca algún llanto es mi hija.

Soy yo con Abril, me conoce de verdad.

Ella soy yo empezando de nuevo… es mi segunda oportunidad.

Quiere mi amor, me lo demanda todo el tiempo, me pide a su lado, me ama y me quiere cerca, trato de liberarla pero parece que no quiere. Es una tarea que duele, porque sé que cuando lo haga no va a volver a quererme tanto, no seré más importante, pero quiero que sea libre aunque duela.

Me da miedo que viva en esta ciudad, me asusta. A mi que nada me daba miedo, la valiente Lexi, ahora teme por su cachorra… y si, voy cambiando, adaptando mi forma a la suya, acomodando mis tiempos a los de ella, con dos trabajos.

A veces le enseño cosas, sin decirlas, creo enseñarle muy bien que no soy perfecta, a reírse de ella como a veces hago yo conmigo, a no avergonzarse de la emoción, porque creo que eso la hace libre.

Suena egoísta pensar que los hijos son nuestra segunda oportunidad, pero es un sentimiento tan primitivo.

La veo y soy yo otra vez, más libre, más feliz, más linda.

Me cuida, me pide que no fume, le rasco la espalda y la emocionan Los Beatles como a mi.

La valentía no se la contagia, prefiere seguir teniendo algunos miedos para seguir siendo chiquita.

Le enseño que a veces alivia llorar, porque algunas cosas no las podemos cambiar y otras sí.

Odia que le regale libros, pero de a poco los lee.

Cuando le regalé el primer diario le dije que podía escribir lo que quisiera, que jamás lo leería como hacía mi mamá con el mío, pero que ella tampoco leería el mío, lo prometimos y lo cumplimos.

Cada día voy aprendiendo a ser madre, aunque cuando me reciba, será libre y no me servirá para nada.

Abril, los diarios íntimos no se leen… hasta que, como hoy, algunos se transforman en blogs.