Hoy es Sábado pero podría
ser cualquier día. Ya no distingo demasiado, a veces por los programas de radio
o tv me doy cuenta de que es fin de semana.
Ya no me creo la pandemia. Nos
tienen a todos encerrados hace un mes. Algunos todavía hacen chistes al
respecto. Mensajitos de chistes que ni veo y borro. Al principio yo también lo hacía, pero esto se pone cada vez más feo. Ahora los mayores de setenta tienen
que pedir permiso para salir a la calle porque si te ve la policía te lleva de
vuelta a tu casa. Dicen que lo hacen para cuidar a los abuelos pero hace dos
semanas los largaron a cobrar jubilaciones apretujados frente a cajeros
automáticos. Esos deberían estar en terapia intensiva ya. No se sabe nada. Ahora
los confinan solos en sus casa. Solos.
Nadie puede acercárseles ni
tocarlos. Un delirio de ciencia ficción. ¿Eso es cuidarlos? Eso es ir
matándolos de a poco. Si no mueren de covid morirán de soledad.
Nos piden por favor que no
salgamos de casa en todos los comerciales de la tele. Cuidémonos dicen,
haciendo una épica de este desastre de gente sin trabajo, separados de parejas,
de amigos, en soledad para sentir más miedo.
Hasta una pareja que no vive con vos te da miedo ahora, tus amigos.
Una ministra, no sé ni de
qué dijo por la tele que nos convenía tener sexo virtual. ¿Desde cuándo una
ministra de nada se va a meter en mi vida sexual? Ya lo hice señora, no sirve. Yo
quiero coger.
Nos quieren con miedo. ¿Nadie se da cuenta?
Yo ya no tengo miedo, la muerte no me da miedo, vivir rodeada de cobardes asusta.
Y la gente hace chistes pero
se la siguen bancando. Tienen miedo de discutirle a los jefes, a ver si se
contagian.
Todos haciendo caso como en
una dictadura, todos guardaditos. Haciendo caso, el congreso cerrado, a ver si
se contagian, pero cobran un montón de guita igual. Nadie protesta.
Mientras tanto si ves las
cifras de muertos del año pasado en todo el mundo son más que ahora. Todos los
virus son contagiosos, siempre. Siempre se muere gente, nunca las contaron como
ahora. ¿Desde cuándo contamos a los muertos en el mundo?
Yo no tengo dudas de que es
todo una puesta en escena que viene de lo más alto. Todos los países
obedeciendo. Montan hospitales en clubes. Todos vacíos. Hace un mes que
estamos encerrados.
Yo estaba buscando un
trabajo.
Acá estoy encerrada, por
suerte con toda mi familia, solo falta mi cuñado.
Agradecida por tener una
casa enorme con terraza y sol y de poder llenar la heladera todavía.
No entiendo a todos los que
salían a protestar. Se quedaron todos calladitos.
Somos un rebaño de ovejas,
todos atrás de papá estado que nos va a alimentar hasta que esto pase.
¿Cuentan las muertas por
femicidios? Y ¿qué pasa en medio oriente?
¿Qué pasó con aquellos
refugiados? ¿Y los indígenas? ¿Siguen vivos?
Ah, no ellos se mueren de
hambre sin agua, pero no le importan a nadie.
No les creo nada.
Seguiré obedeciendo porque tengo un padre que muy pronto cumple 98, nada más.
Ya no le creo a nadie.