(foto robada del blog de mi amigo marrano)
felix 2009!
..Lo miro sin los anteojos, así no le veo claramente los ojos, así no me angustio, me doy cuenta de que si me saco los anteojos cuando estoy con él puedo estar sin llorar porque no me conecto, entonces me hago la fuerte mientras escucho que un doctorcito nos dice frente a él que se puede morir durmiendo...
Qué decir de Brasil… tan… húmedo, natural…
Diez años sin pisar Brasil que tanto me cambió la vida y esta vez llevo a mi hija, para mostrarle que hay otras formas de vida, otros sitios donde ponerse, otros paisajes.
Todo es magia porque no hay prejuicios se me van.
La gente se rie, te miran a los ojos.
Camino descalza por un sendero de piedras para llegar a otra playa. Veo sin anteojos, el sol en la piel tan blanca del invierno, no leo ni escribo, no puedo parar de mirar alrededor porque todo es lindo.
Y me dejo, me quedo ahí tirada en la arena mirando el cielo, mientras Joao me mira a mi, sus ojos me hablan al oído… qué bueno, no hay que ser adolescente para ser hermosa, nadie mira si tenés los abdominales marcados… Ahí está la diferencia, nadie hace juicio de valor, porque miran a los ojos, Joao me habla de mi belleza, me llena de piropos frente a mi hija, que ya entiende algo de portugués y se rie, seguidamente me invita a tomar caipirinha al atardecer, fluye la seducción, no existe la histeria. La histeria a la que me vengo acostumbrando en Buenos Aires. Y hablo de esto porque no sé cuántos años tiene pero no llega a los 25 y se muestra tan natural que le creo todo.
Brasil me desnuda y me inunda.
Es diferente esta vez, no estoy sola, tengo a la cachorra que me ama y me odia, como debe ser…
Es feliz, como la mamá.
Me quedé colgada y enamorada… “de mi allá”.
Está bueno volver a enamorarse de una, es genial!
Ahora soy un terrón de azúcar lista para disolverme en tu boca.
Lista...
Lista para meterme en tu piel,
Para inventar ahí otra historia.
Ahora te saboreo parte por parte.
Me deliro en tu pelvis,
Allí hago una fiesta.
Tu plexo me cosquillea
Con tus manos... modelamos,
Arcilla, otro cuerpo,
El mío.
Y tu sexo, me mira y me señala el lugar exacto...
El lugar donde empieza la vida, fusión de energía.
Se apoderan de los labios, húmedos, siento que van a hacer una gran misa,
Enmascarados detrás de tus ojos.
El vasto infierno aparece con sus manos de fuego
Queriendo tocar el último aliento de tu amada, que todavía guarda el aire.
Nadie habla Español en la cafetería, eso es bueno, hablar en otro idioma es suficiente, es como ser otra persona, el tono de la voz es otro, la musicalidad de las palabras es otra y ella es otra en Inglés, empezando porque la llaman Laisa.
Poder hablar en otro idioma, poder comunicarse con gente de otra lengua. Siempre le estará agradecida a su madre que la haya mandado a aprender Inglés desde antes de la escuela primaria, mientras jugaba, se disfrazaba y se divertía, ya hablaba en otro idioma, era como actuar en una película. Más tarde, ya adolescente odió tener que estudiar, pero hoy puede hablar con cualquiera, no siempre hay alguien que hable Español, pero Inglés en cualquier parte del mundo se habla.
Al tiempo que dibuja sinsentidos en una servilleta formula la teoría del lenguaje, mientras desayuna tostadas francesas y café en el salón. Piensa que las palabras son otras en otro idioma, que a pesar de que el significado sea el mismo, al tener otras letras, otra entonación, como suenan diferente, son otra cosa. No es lo mismo decir te amo que decir Y love you, aunque tenga el mismo significado no se siente de la misma manera. Y así, de esa forma todo es otra cosa en un idioma diferente, aunque uno lo entienda, al escucharlo, al decirlo inmediatamente se transforma en una persona distinta.
Lisa se siente otra persona solamente con comunicarse en Inglés. Mágicamente le produce placer hablar de su vida con otros, porque a pesar de contar quizás lo mismo que contaría en Español, en Inglés es otra vida la que cuenta, a ella misma le parece otra vida, los sueños son otros, hasta las esperanzas.
Conoce a Jane, que lleva como otros, un aro en la nariz, es gorda de cabello castaño claro y muy seductora. Habla en un Inglés australiano que a Lisa le cuesta bastante entender, al principio, cuando no entiende vuelve a preguntar, pero después encuentra que también es divertido no entender y seguir la conversación, de repente, uno se encuentra en callejones sin salida, como jugar al ajedrez. Bennet, negro hermoso del Congo belga que habla en francés y está escribiendo un libro, también vive en el albergue, trabaja en la cocina a cambio del alojamiento y la comida.
Liz es bailarina de Nueva York, vino a probar suerte en Amsterdam, a tratar de vivir otra vida, lejos de un novio muy adicto, que según sus propias palabras le arruinó la primera parte, es alargada como todas las bailarinas, se viste parecido a Lisa y se entienden bastante bien. Tal vez porque ella también sabe lo que significa vivir con un novio adicto, y aunque casi ni hablen de eso tienen algo en común.
Hay mucha gente de diferentes lugares, la mayoría solo se quedan dos dias, tiempo suficiente para ver la ciudad, pero estos personajes que encuentra Lisa son personajes casi estables, y en un par de días ella también pasa a integrar la lista de los estables. Conoce a Gazmend, de Yugoslavia pero ciudadano holandés gracias a un frustrado matrimonio.
Gazmend juega al ajedrez con James en el patio del albergue en una soleada mañana de sábado, Lisa mira y quisiera jugar, en Español le da vergüenza, pero en Inglés se atreve a todo y desafía con su sonrisa al yugoslavo, que también acepta con su sonrisa y le gana en pocas jugadas. Gazmend habla Holandés y bastante Inglés, aunque menos que ella, la invita a pasear por la ciudad y eligen Lindsplein para tomar una cerveza, se ríen mucho. Es mucho más fácil comunicarse con Gazmend porque tiene poco vocabulario, hasta parece una persona simple, solo debido a la cantidad de palabras que tiene a su disposición. A pesar de tener más palabras, para Lisa tampoco es su lengua natal.
Se dibuja con movimientos en el aire la comunicación, flota. Las palabras pierden el valor, son los gestos, los movimientos, las miradas los que llevan impresos los deseos y las necesidades. Su diario de viaje lo describe como Tom Cruise pero con la nariz rota, el diario se convierte en su conexión con lo real, con el pasado y con el futuro.
El presente sale al escenario en otro idioma y no puede detenerlo para preguntarse. Lo cotidiano no tiene traducción y la mece en la felicidad que se le apareció tan rápido sin darse cuenta, ser otra persona. Ser Laisa.
Cuanto hace que está en esta ciudad? Si parece que nunca hubiera pertenecido a otra... Si parece que Jane, Bennet, Liz, Gazmend, James, Terry... son su familia, si viven con ella, si desayunan juntos. Si ya conoce Amsterdam como la palma de su mano y es capaz de dar indicaciones a los turistas para llegar a los sitios deseados.
Andrés el dueño de su dolor al llegar, parece ya ser parte de un sueño.
El plano de la ciudad es circular, la ciudad es circular. Al igual que sus pensamientos, una serie de círculos concéntricos divididos por canales, salpicados por cientos de pequeños puentes, y conectados unos con otros de forma interminable, por lo cual uno no puede simplemente seguir una calle como en otras ciudades. Para ir a un lugar determinado, primero hay que saber exactamente cómo se llega allí.
Lisa siempre tuvo el mapa en su mochila, pero no necesitó verlo. Era el mapa de sus pensamientos, concéntrico, la red de caminos que dibujó en su cerebro el día que llegó, sus pensamientos dibujaban el trayecto, compuesto ni más ni menos que por los pasos que había seguido.
Escribe en su diario:
-Amsterdam es circular como yo. Estoy de novia con Gazmend, lo amo, leo “La invención de la soledad” de Paul Auster, que habla de cómo llegó a perderse en esta ciudad. Perdí a Andrés, perdí a Lisa.
Soy feliz. Estoy perdida -.
Lisa golpeada por palabras, arañada por insultos... viva.
Desorientada baja del tren que ya la separó al menos algunos kilómetros de él, ve cómo se mueve la gente a su alrededor, la velocidad de los que saben adónde ir.
Camina por una ciudad sin rumbo, va por una calle, gira caprichosamente por otra, se detiene a admirar la cornisa de un edificio, se agacha a examinar una mancha de alquitrán en la vereda que le recuerda a cierto cuadro de él. Mira la cara de la gente intentando imaginar su vida interior, entra en un restaurante barato para sacarse el gusto amargo de la boca. Sale y continúa su camino. Nada parece distraerla del pensamiento. . .
La mochila parece que ya no pesara, es una parte mas de su cuerpo, canta canciones de los Beatles y camina. La idea que la persigue es rara, ¿cómo se puede pasar meses sintiendo que ama a alguien que no conoce? Le duele el cuerpo de amor. Frío en los ojos de tantas lágrimas. Lo mas difícil no es tratar de ser otra, sino no saber quién es ella en realidad. Diferenciar su deseo.
Camina, parece que no va a ninguna parte, busca una forma de matar el tiempo, solo el cansancio va a decirle cuándo detenerse.
Pero así como un paso lleva inevitablemente a otro, un pensamiento sigue al anterior, y en el caso de que genere mas de uno, será necesario no sólo seguir al primero hasta su conclusión, sino volver atrás, a la posición inicial, para seguir el hilo del segundo hasta su conclusión, y así sucesivamente.
Lo que en realidad hace cuando camina es pensar de tal modo que sus pensamientos dibujan un trayecto, compuesto ni mas ni menos que por los pasos que siguió. Y se esfuman los recuerdos porque así se relaja el cerebro, con absurdos que no comprometen sus sentimientos.
Su cansancio finalmente la detiene frente a un albergue, Eben Hazer, en donde después de los trámites formales descansa sus huesos mientras toma café con leche, alrededor hay gente de todos los sitios posibles. Por fin siente su cuerpo transpirado, su pelo sucio. Estas sensaciones le darán algo que hacer durante la siguiente hora. Se encamina hacia los dormitorios, encuentra su cama, encuentra el baño, la tarea del aseo la conecta otra vez con lo real, después de haber caminado durante horas no hay nada mejor que dormir. No es tan simple detener los pensamientos. Le duele el cuerpo pero las imágenes la atormentan, la abrazan y es imposible escapar de esos brazos, el corazón late agitado y siente que todos los cuerpos que duermen en la habitación le susurran sus sueños al oído.
Se levanta y mete la cabeza abajo del agua fría, el agua se lleva los susurros, se van por el orificio del lavabo, puede verlos en colores. Más tarde después de fumar el último cigarrillo, vuelve a acostarse. Sueña con “Las ruinas circulares” de Borges.
El día soleado la despierta con esperanza, salir a caminar, a ver gente, a conocer lugares.
Hoy escribo otra vez en mi diario, después de mucho tiempo.
Hace bastante ya que la única persona que me banca algún llanto es mi hija.
Soy yo con Abril, me conoce de verdad.
Ella soy yo empezando de nuevo… es mi segunda oportunidad.
Quiere mi amor, me lo demanda todo el tiempo, me pide a su lado, me ama y me quiere cerca, trato de liberarla pero parece que no quiere. Es una tarea que duele, porque sé que cuando lo haga no va a volver a quererme tanto, no seré más importante, pero quiero que sea libre aunque duela.
Me da miedo que viva en esta ciudad, me asusta. A mi que nada me daba miedo, la valiente Lexi, ahora teme por su cachorra… y si, voy cambiando, adaptando mi forma a la suya, acomodando mis tiempos a los de ella, con dos trabajos.
A veces le enseño cosas, sin decirlas, creo enseñarle muy bien que no soy perfecta, a reírse de ella como a veces hago yo conmigo, a no avergonzarse de la emoción, porque creo que eso la hace libre.
Suena egoísta pensar que los hijos son nuestra segunda oportunidad, pero es un sentimiento tan primitivo.
La veo y soy yo otra vez, más libre, más feliz, más linda.
Me cuida, me pide que no fume, le rasco la espalda y la emocionan Los Beatles como a mi.
La valentía no se la contagia, prefiere seguir teniendo algunos miedos para seguir siendo chiquita.
Le enseño que a veces alivia llorar, porque algunas cosas no las podemos cambiar y otras sí.
Odia que le regale libros, pero de a poco los lee.
Cuando le regalé el primer diario le dije que podía escribir lo que quisiera, que jamás lo leería como hacía mi mamá con el mío, pero que ella tampoco leería el mío, lo prometimos y lo cumplimos.
Cada día voy aprendiendo a ser madre, aunque cuando me reciba, será libre y no me servirá para nada.
Abril, los diarios íntimos no se leen… hasta que, como hoy, algunos se transforman en blogs.
Quisiera escribir un post nuevo, pero no me gusta hablar de mi, es suficiente con los cuentos en primera persona, no?
Veo blogs ajenos, muchas mujeres hablan mal de los hombres, ellos se hacen los graciosos… muchos penan, hay gente que los utiliza como arma de seducción.
A mi me gusta escribirlo como un cuento, es decir, mostrar una historia y que los que leen saquen sus conclusiones, pero tal vez diga lo mismo.
La realidad es que tengo el cerebro un poco limado de escribir guión de tv últimamente, pero será la primera vez que cobre por escribir, y eso es genial!!!
De todos modos tengo varios cuentos que están ahí linkeados, pueden leerlos.
Necesito organizarme todavía para volver a postear algo copado, no tengo tiempo.
Podría escribirles cualquiera de las cosas que me vienen sucediendo últimamente, pero no valen la pena ser contadas aún, seguramente un dia serán nuevos cuentos, pero por ahora deberán conformarse con lo que está.
Ojalá sigan pasando igual…
Si hay algo que amo, además de mi hija, es que me lean, así que no pasará demasiado tiempo.
Gracias!!!
Abraxo!!!!
…me invita una cerveza en los bares caros y voy, me seduce todo el tiempo y yo tengo que llegar a las diez al albergo porque tengo la llave de la habitación y los chicos me esperan. Se ofrece a llevarme y después a cenar, me dejo llevar de la mano hasta su auto que está cerca de piazza Venezia, subo, me sigo dejando llevar. Me espera en el auto, los chicos ven TV en la cocina con la dueña que tiene cara de enojada, dicen que mañana a las ocho sale el tren a Nápoles, quieren levantarse a las seis de la mañana y no quieren transar con el horario, discutimos porque yo tengo que hacer la mochila, ir a cenar... lo que sea... volver, y son las 10:30 y me parece todo una complicación, estoy muy sensible...
Otra vez en el auto Marco me toca, me acaricia,”qui bella” dice, me quiere besar, me besa mientras yo pienso en otra cosa, estoy preocupada por el viaje de mañana, los chicos quieren rentar un auto y dormir allí, yo no quiero dormir en un auto, no quiero ir a Nápoles, no quiero quedarme sola, no quiero ir a cenar con Marco, no quiero ir a su casa... no quiero niente.
Mientras pienso Marco ya me dice “amore mio” y no para de besarme y de decirme que me quede con él en Roma, en su casa, que él me cocina... me hace reír, sigue seduciéndome con su buen humor, me relajo un poco y me dejo sentir sus manos y sus besos... sus aromas, sus palabras calientes, húmedas, italianas. Siento que él esta tan excitado... finalmente me doy cuenta de lo mucho que estaba necesitando un poco de afecto, aunque solamente sea sexo... él habla de amor.
Me doy cuenta de que mi cuerpo lo llama, mi cabeza esta en otra parte, mi cuerpo allí hirviendo debajo del suyo y no tenemos profilácticos, así que subo corriendo a la habitación a buscar los míos, los chicos ya se acostaron, enciendo la luz, mi respiración suena muy agitada porque subí la escalera muy apurada, Julio me pregunta qué me pasa. Bajo bien rápido y me doy cuenta de que me olvidé de hacer pis, así que me escondo detrás de la reja de la calle que está oscura, y en cuclillas, como los chicos, relajo mis riñones. Marco estacionó el auto en un sitio mas oscuro, - por cinco minutos- dijo... entro y comienza la tarea de desvestirse, es la primera vez que tengo sexo tan rápido con alguien desconocido en su auto... en una calle, desnuda. Me gusta, ya estoy mas relajada, no me importa quién sea, es un hombre y lo necesito urgente adentro mío, y se mueve bien, arriba mío, bajó los asientos y yo estoy acostada, a veces lo miro. Se rompe el profiláctico, descansamos un poco y cambiamos de posición, no quiero pensar en nada mas, o nunca voy a tener un orgasmo. Me monto sobre sus caderas y lo hago como si lo amara... finalmente creo que ahora los dos dejamos de pensar y estallo!. Otra vez cambiamos de posición y me convierto en una perra, como yo quiero, y me clava hasta hacerme acabar nuevamente y tengo el cuerpo empapado de mi sudor y del suyo, que ya no me molesta, me gusta... y el pelo húmedo y las manos y todos mis músculos tan laxos que me río... me dice cosas en italiano que no llego a entender, no me importa, suenan bien. Pasa gente por la calle y no me importa, ahora si puedo darle un beso, ahora siento que no es mas un desconocido.
Me visto rápido, él sale a hacer pis en un árbol... yo ya me quiero ir, escucho que me dice que a la mañana me llama para saber si me quedo con él en Roma o me voy. Ya decidí irme, pero me va a gustar que me llame. Nos besamos, me voy y escucho su bocina que me saluda desde la calle. Huelo a sexo por todos lados.
Los chicos ya están dormidos, me doy una ducha larga, no quiero que nadie mas conozca este perfume. Cuando me acuesto ya llevo conmigo olor químico, desodorante.
Respiro hondo, me río en silencio. Julio habla en sueños. Yo siento el cuerpo de Lucas meterse en mi cama y abrazarme sin decir palabra, respiro hondo...
...me río en silencio...
...Roma...
fin
En
Es el último domingo del mes y la entrada al museo de Vaticano es gratis, así que hacia allí vamos...no somos los únicos, hay mucha gente en
Entramos en San Pietro y todo brilla mucho, mucho oro, mucho lujo. Lo único que me conmueve es una pieza de mármol en la que Michelángelo depositó toda la dulzura . Es
Julio y Lucas no pudieron entrar porque a las trece cerró, así que los encuentro afuera, se van a ver un partido de fútbol, yo no sé qué quiero hacer y camino sola... creo que me voy al albergo a descansar un poco... lleno mi botellita de agua en una fuente.
Me baño, tomo mate, duermo siesta. Quiero volver a alguna de las Piazzas que ya conozco, a dibujar un rato, en mi cuaderno, me voy con las ojotas de Brasil, las bahianas, que acá no existen. Huelo Roma, me gusta, me seduce y finalmente salgo sola, la primera vez, me daba miedo. Elijo piazza della Rotonda, en la puerta del Pantheón hay un chico que toca un violín y deja la funda abierta en el suelo. Algunos turistas que tienen dinero se sientan en las mesas de los bares en la calle, comen y beben. Son casi las siete de la tarde, la luz es perfecta, me siento en la base de una de las columnas del Pantheón a dibujar la fontana que corona el centro de la piazza. Si pudiera dibujar los pájaros que sobrevuelan, la música del violín, el color del cielo, el olor que se respira, las miradas, las palabras, los idiomas.
Algunos hombres se quedan parados a mi lado viendo lo que hago, la mayoría se me acerca para invitarme a salir “ questa sera”, son atractivos, pero un poco pesados, ya son las 8 PM. Hay uno que me gusta, no me habla, me mira, se sienta a mi lado un rato largo y no dice nada, se va, lo busco a mi alrededor con la mirada lo veo lejos mirándome me rio, me vio, ahora él también sonríe y se acerca, me da vergüenza, me causa gracia el idioma italiano, suena divertido tengo vértigo porque me gusta, se llama Marco...
continúará...
Llegamos corriendo al andén de la estación de
Caminamos mucho y pasamos por las ruinas, de noche es todo distinto... la fontana de Trevi está llena de turistas de todo el mundo con botellas de vino en la mano, nosotros tomamos whisky. Algunos franceses borrachos se meten a la fontana, ofreciéndonos sin duda el único espectáculo gratis de la ” cita apperta”, la policía los saca de los pelos.
Esta ciudad es para caminarla, y ahora en primavera... Mayo, hay unos árboles con hojas casi violetas en el Trastevere bordeando el Tiber. Los hombres me miran como si fuera la única mujer que existiera.
Yo hablo casi todo el tiempo de arquitectura y de arte, estudié mucho sobre esta parte del mundo. Caminamos basílicas, el circo Máximo, el Pantheón en un atardecer, culto a Dioses paganos... Piazza Spagna donde las escalinatas están cerradas, así que me compro una postal con las escalinatas llenas de flores. Casi siempre tomamos capuccino en la barra de los bares, de pie, porque es considerablemente mas barato.
Leo que en las casas de los romanos del imperio, el moblaje consistía esencialmente de camas sobre las cuales dormían, comían, recibían, leían y escribían el resto del día. La mayoría eran de una plaza, había de tres y hasta de seis plazas en aquellos que fanfarroneaban.
Esta ciudad es tan caliente que temo carbonizarme solo con mis fantasías. Tengo ganas de probar y me veo en el espejo rodeada de una aureola de fuego, me asusta sentir que ardo.
continuará...
Vuelvo al albergo, atardece, miro vidrieras, me tomo un capuccino, despacho postales, camino, llego cansada, cagada de calor y de mal humor.
Me baño por segunda vez en el día, lavo ropa y me tiro a tomar mate, oscurece en Roma, mística y terrena, artista y sensual. Odio haber vuelto tan temprano, hoy no es un buen día... tal vez sean mis benditas hormonas avisándome que soy mujer. Siento placer al estar limpia y veo el atardecer por la ventana,... miro un mapa de Italia, Catania, de allí vino mi abuela... oigo un piano que improvisa a lo lejos algo de jazz, apago el velador, por fin me relajo, por fin estoy sola en una habitación, y vuelvo a enamorarme de mi cuerpo. Me masturbo tres veces, después de tanto tiempo... no pienso en nada, ninguna imagen, solamente el piano a lo lejos, mi cuerpo con buen olor, el anochecer por la ventana, mi piel bronceada.
Parece un sueño esto de estar en Europa... todos los sitios me conmueven,... quisiera no volver jamás... a veces un ratito, pero nada mas. ¿Se podrá ser feliz tan lejos de todos los afectos? Bueno, solamente es un viaje… mi vida está en Buenos Aires... no, no es cierto, mi vida está aquí conmigo... ésta es mi vida, recuerdos, historias, ahora imágenes nuevas, lugares nuevos para mis ojos, que al final del dia están cansados de ver, gente nueva... Soy yo viajando por el mundo, viajando adentro mío como de costumbre... pero todo cambia, nada permanece igual, yo soy modificable, no soy una columna de mármol. Algunas veces soy tan modular.
Julio llega bien tarde, ya no estamos enojados.
Los italianos tienen bastante simpatía por los argentinos. Nos parecemos bastante. A mi me gusta decir que mis abuelos eran italianos, con los días me voy acordando de palabras que alguna vez escuché, me siento parecida a las italianas, en Buenos Aires alguien me lo había dicho, pero en Holanda y en Berlín la gente me habla en italiano por la calle. Es bueno encontrar que uno tiene una raíz, un lugar de donde viene, una raza. Me acuerdo de mi vecina de enfrente de la niñez y de su familia italiana, escucho palabras que ya están en mi cerebro, entiendo cuando me hablan y me emociono, me conmueve estar, caminar Roma. Siento de repente que pertenezco a esta parte del mundo. En Buenos Aires somos una mezcla de culturas, aquí están divididas en países... allá somos una maldita mezcla, un cóctel de lo que se fue, de lo peor. Busco todo el tiempo las coincidencias, encuentro mis raíces.
Vamos a un supermercado y nos proveemos de comida y de una botella de whisky, llegando al albergo encontramos a Lucas, ahora somos tres... Salimos a la noche, nos vestimos lo mas lindos posible con una ropa que nos compramos en un mercado de la calle, Julio tiene una camisa turquesa brillosa y yo una rosa Dior. Llenamos una petaca con el whisky que nos compramos. Me peino tratando de verme distinta a todos los días, es difícil estando de viaje cuando solo tenés un par de zapatillas, tres remeras y dos jeans, pero apelo a mi instinto.
El whisky aprendí a tomarlo en Marbella, me enseñó Julio, yo le enseñé los números romanos.
No se bien que hacer con este deseo. Nos compramos un libro sobre Roma, lo leemos juntos sentados en la cama de él y nos reímos mucho porque esta mal redactado. Creo que es la primera vez que estamos tan cerca... Mientras escucho nuestras voces puedo sentir el roce de su cuerpo con el mío, puedo sentir su olor, la temperatura de su piel. Instintivamente quiero abrazarlo, besarlo bien despacio, la razón me detiene; estamos compartiendo la mejor aventura, no quiero arruinarla; prefiero el deseo a la frustración. Me derrito en la fantasía de saborear cada centímetro de su cuerpo mientras él me ve... siento mis piernas cansadas, temblorosas de tanto caminar... calientes pretendiendo enroscarlo... ¿cómo detener las leyes de la química que me van transformando segundo a segundo? Tengo gusto a manzana verde en la boca. De repente vuelvo a oír nuestras voces, las risas. Mañana vamos a visitar las ruinas del Foro Imperial.
Comemos bananas sentados en el pasto que hay frente al Coliseo... y pregunto... con mucha vergüenza si tuvo fantasías conmigo, dice NO, pinta un largo silencio y se me atraganta la maldita fruta espesa en la garganta, ¿qué hago acá?, ¿qué hago deseándolo así?. Me provoca llorar, pero es más fuerte la bronca y me hago la boluda.
Mas tarde caminamos juntos hasta el Foro Imperial, logro entrar colada por la salida, él se queda afuera, le digo que me espere, que salgo enseguida. Adentro, con mi cámara de fotos solamente, no puedo mas que maravillarme, salgo para decirle que saque la entrada y no esta... me quedo en la puerta sentada, hace mucho calor, calor, calor. Lo único que tengo es mi cámara y una angustia soberbia, lloro, lo espero una hora, aparece como si nada, saliendo del Foro y estoy muy enojada porque me dejó allí sola... le pido mi mochila, le doy sus cosas. Me voy caminando sola, el amor se me volvió odio. Es mentira... ¿cómo no va a fantasear conmigo ni una sola vez? Camino bajo el sol y ya no pienso. Llego a las ruinas de las termas de Caracalla, por suerte hay poca gente...me siento sobre una columna que quedó acostada...oigo pájaros... estuvieron siempre allí,...esta bueno este lugar...solamente se oyen los pájaros...y algún idioma que no es el mío, quisiera quedarme aquí, esta fresco y silencioso. No podían entrar mujeres en las termas cuando funcionaban, bueno, seguramente algunas si. Hay restos de paredes altas, gigantes, con arcos de medio punto gigantescos, los agujeros de las piscinas. Los restos del piso están formados por diminutos mosaicos, el suelo de abajo esta ondulado, tal vez por el tiempo, algunos forman dibujos de peces unidos por las bocas. Me veo caminando descalza sobre esos mosaicos, me veo casi desnuda, perfecta y admirada por ojos masculinos. Me veo sumergida en una de esas piscinas alguien me acaricia los pies y escucho un violín. Esta atardeciendo mi cerebro parece fermentar. Adapto mi cuerpo contra cada curva de ese cuerpo masculino, como si me fundiera en él, sus besos me rozan como mariposas, los míos lo muerden.
Me acuerdo de mis amigas, quisiera poder contarles, pedir consejos los cuales seguramente nunca seguiría.
continuará...
Amanezco durmiendo en el piso de un tren que nos lleva a Roma. Marsella, Toulón, Cannes, Mónaco, Ventimiglia Hace casi dos meses que estoy viajando por Europa, todavía no estuve casi nunca sola. Llegué a Madrid con dos compañeros de viaje, ahora sigo con uno, Julio, a veces creo que estoy enamorada de él, otras veces, lo detesto...
Cada lugar tiene colores y formas diferentes, a mi derecha está el mar Mediterráneo con toda su calma y de repente un túnel negro. En el walkman zamba de mi esperanza por
En la frontera de Francia cambiamos de tren: Ventimiglia, nos tomamos emocionados el primer capuccino italiano y conocemos las Liras. Los italianos miran fijo a los ojos. San Remo, Savona, Génova, Viareggio, Pisa, Livorno, Civitaveccia. Todos los días cambio de paisaje, cambio de horizonte, de vida, de estrategia, de destino... Las sensaciones son confusas, plenitud mezclada con vacío. Me gusta estar así.
Me siento aprender de los demás todo el tiempo... inolvidablemente flaca, bronceada. Julio,... me provoca stress y me irrito fácilmente en algunas situaciones. Pero nos queremos, nos cuidamos.
Llegamos... Roma.
En Termini, nos reconocemos verdaderos descendientes de italianos. Puedo entender el idioma.
Después de escuchar varias propuestas, conseguimos un albergo bastante barato, muy cerca de la estacíon Policlínico, la dueña es como cualquier abuela italiana. Esta vez tenemos camas separadas, pero como de costumbre escuchamos que si queremos podemos juntarlas...a mi no deja de provocarme risa, ya que nunca ...nos tocamos.
Sorpresivamente nos encontramos con
Roma es una ciudad imponente, enloquecida, voraz. A cualquier lugar que mire hay edificios muy antiguos. No podría hablar de Roma sin hablar del deseo que me provoca. Desde la edificación hasta la gente, que se viste muy elegante, los hombres miran a las mujeres como verdaderos objetos sexuales, eso provoca la excitación constante. Julio se pone celoso, histeriquea...
continuará...
Fer busca cds por el comedor, pregunta:
-te gusta Queen?
-si claro
-tengo varios cds porque como me pasé todo a mp3 tengo bocha de cds, querés llevarte?
-bueno, dale.
Vuelve el pibe con una, dos bolsas negras enormes y empieza a nombrarle temas y cantantes y todo lo que se va a llevar, 65 cds, ella lo mira no lo puede creer, por primera vez sonríe.
Le cuenta que su esposa está de 8 meses ya, que es un varón.
-nunca me dijiste que eras casado, ni con hija ni con mujer embarazada.
-si que te dije, no te acordás, te acompaño abajo porque en un rato llega Nati con la camioneta.
-bueno, vamos si.
Le abre la puerta y la saluda como a cualquier clienta de sistemas.
-el 160 pasa por la otra cuadra.
-gracias, chau.
Paula camina con una bolsa en cada mano, hace mucho frío. No sabe qué sentir.
Sentada en el colectivo se acuerda del viaje de ida, se le caen un par de lágrimas mientras mira por la ventanilla del asiento de uno, casi al fondo.
Por un rato se siente horrible, el viaje es largo de vuelta. Baja en palermo para tomar el subte sigue cargando con las bolsas, está seria, todavía no sabe qué le pasa, las imágenes le vuelven a la cabeza, pero las que mas duelen son las del viaje de ida, el sentimiento que extraña es el del viaje de ida.
Cuando me lo contó lloraba
-pero si no pasó nada grave, al contrario tuviste suerte boluda!, podrían haberte matado, cómo no me avisaste siquiera?
-qué se yo me dio vergüenza
-conmigo? No te puedo creer Pau
-no sé…
-nunca tuviste la fantasía de la prostituta?
Sonríe, -si
-bueno puta! la cumpliste, te ganaste 65 cds!!!!
Nos reímos…
Las mujeres casi siempre terminamos riéndonos.
fin
Se acerca alguien grandote, rubión, viene hacia ella con sonrisa de ganador, - hola, ¿Paula?,
-si, hola.
Se dan un beso él propone enseguida ir a su casa que es cerca, trajo el auto, hace frío. Paula piensa que no puede ser él, son esos ojos, pero es un patovica, si, usa náuticos, no sabe, titubea, es su primera cita a ciegas, ¿a su casa? –bueno, dice, -¿me invitás a tomar un café? –claro, contesta él mientras sigue sonriendo.
En el auto pone el cd de Arjona, el que le grabó para ella, compra tic-tac y le ofrece una, ella no quiere, pero sabe que desp de un chicle o un tic-tac viene un beso, eso se lo contaron, ella no sabe qué sentir, es muy grandote…
Suben en el ascensor, se miran, todavía no encuentra en ese desconocido una pizca del Fer que le mandaba poesías de Neruda con musiquita de fondo.
Entran por la puerta de servicio a la cocina de su departamento, se sacan los abrigos y lo descubre muy grande, muy patova, no le gusta. El no para de hacer una sonrisa falsa, hablan boludeces mientras le prepara un café, ella lo toma sentadita en ese comedor diario clase media con fotos de una nena en la pared,
-¿es tu hija?
-si, Nati, tiene 5, es mi amor, duerme siempre con nosotros.
-ah ¿sos casado?
-claro, si te dije, ahora está en la escuela, vuelve tres y media, esperamos otro, está de ocho mi mujer.
-¿eso también me lo dijiste?
-si te lo dije… además qué importa, es un detalle.
El reloj de la pared dice que son las dos de la tarde. Paula termina su café, lo mira y no sabe bien qué decir, pide permiso y pasa al baño, con florcitas, con perfumes de mujer, con el desodorante adidas que él le dijo que usaba, con patitos de goma, y mientras se baja la tanguita nueva que compró para la ocasión piensa que quiere irse, que es una locura estar en la casa de un desconocido, y si viene la esposa? y si vienen más? y si me mata? El miedo también produce adrenalina, piensa que mejor se va.
Otra vez en la cocina él ya se sacó la camisa, se bajó el pantalón y muestra unos músculos deformes junto con slips descoloridos, la agarra de los hombros, la apoya contra la pared del reloj, frente a ella las fotos de Nati
–bueno, ¿me vas a hacer todo lo que me dijiste por chat?
-no sé ¿te parece?, intenta una sonrisa.
-claro que me parece porque me calentabas mucho.
Al mismo tiempo le aprieta sus brazos con fuerza, no puede zafarse, miedo, descubre que algo de eso también la excita, aunque solo un poco, ese vértigo…
Empieza a besarla por el cuello y con una mano ya le toca una teta, muy pronto baja la otra para colarla por su pantalón. Paula se concentra en las fotitos de la pared y se deja hacer, él le dice cosas sucias, va rápido, pero claro, una hora de viaje en bondi fantaseando la humedecieron suficiente como para que él crea que fueron sus manos.
Acá estoy… y piensa que cuanto más rápido se termine mejor, no quiere pensar, que esto se termine es la única idea.
La gira sobre la mesa la violenta boca abajo, le baja el pantalón hasta las rodillas y sin sacarle la tanguita se la mete por atrás, mejor no verlo, por suerte como dice el mito, patovica la tiene chica y casi no se siente, sabe cómo hacer para que sea pronto, improvisa jadeos que se sabe de memoria, la respiración de él se agita y balbucea chanchadas, seguro que a la embarazada no le puede decir puta!, mi putita!, para eso estoy yo piensa, solo es un polvo, ya termina, ya termina, sí, acaba rápido como era previsible.
El huye al baño, Paula se sube la tanguita atigrada, no necesita ni lavarse.
Continuará…